Seguimos con este ciclo de pinky violence o pinku eiga, de película de violencia y sexo, en donde las protagonistas son mujeres fuerte e independientes y que en ocasiones se llenan la pantalla de desnudos gratuitos y situaciones un tanto degradantes.
Guerrilla Girl Boss, en la tercera película de la saga Girl Boss que en esta ocasión nos cuenta la historia de Sachiko y su banda de “los cascos rojos”, una banda de moteras que llega a Kyoto, y que pronto se hace con el poder de las bandas de allí. Pero pronto vendrán los problemas con los yakuzas, sobretodo cuando Nami, la exjefa de las bandas femeninas de Kyoto, y hermana de uno de los más poderosos mafiosos, se una a ellas y cuando Sahiko se enamore de un joven y guapo aspirante a boxeador.
Una película típica de este género con violencia, y sexo, con batallas con cuchillos y puñetazos, una historia de yakuzas protagonizas por grandes féminas, interpretadas de nuevo por Reiko Ike y Miki Sugimoto, con su fuerza y carisma habitual, interpretan a estas duras pero sensibles yakuzas.
Una película en donde por primera vez, he podido ver los entresijos de este tipo de bandas de delincuentes, tanto sus trapicheos, como sus leyes y juramentos (muy buena la escena en que se presentan las jefas de las bandas). Fascinante la verdad, unido a la llamativa estética de los 70.
Norifumi Suzuki es quien dirige esta película, y aunque muestra unas cuantas escenas dirigidas con gran maestría (la primera vez que aparece el personaje de Reiko Ike o las escenas de las motos), no llega al potencial habitual del director.
La habitual queja de excesivo contenido sexual, se le une en esta ocasión, la fallida incorporación de humor nada acertado, no en el sentido de sobrante, sino que no tiene ni pizca de gracia.
Puntuación 6.5/10
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