HAMLET de Kenneth Branagh

Cuando me preguntan cuál es mi película favorita en un instante me quedo en blanco, hay demasiadas para solo elegir una, pero siempre y entre las primeras, me viene a la cabeza dos películas Carretera Perdida de David Lynch (que algún día me atreveré a reseñar) y esta adaptación del clásico literario de Shakespeare (también uno de mis libros favoritos, por cierto) llevada a cabo, por la mano de un experto en el tema, Kenneth Branagh.

Hamlet, al igual que numerosas obras del gran dramaturgo ingles, ha tenido numerosas adaptaciones, de todo tipo de calidad y de forma, e incluso ha sido de parodias y homenajes (véase la película de Schwarzenegger El último gran héroe), y esta sin duda, y a pesar de todo es, y creo que será mi favorita, no hay casi ni una escena que no me haya impactado o se me haya quedado impresa en la cabeza.
Para empezar es la primera versión cinematográfica íntegra del texto clásico por excelencia (claro que estoy hablando de la versión original, la de casi cuatro horas, no esa que circulo por ahí, en casi toda España, que se condenso en apenas dos horas de duración), y Branagh (uno de mis directores favoritos) es el encargado de llevar a cabo esta odisea, y como ya hiciera con sus otras adaptaciones shakesperianas, crea con un gran ritmo (nada pesado, todo lo contrario, a pesar de su duración) un gran espectáculo visual, inolvidable, seductor, vibrante, brioso, ……, tanto por su maestría en la puesta en escena, en el apartado técnico (vestuario, banda sonora, fotografía, decorados ….Todo está escogido con exquisita elegancia), como por esa cuidada ambientación que transporta la acción del medievo al siglo XX y el notable elenco de actores que intervienen.

Pero toda esa grandeza no sería nada sino fuera, por esa legendaria y ya conocida historia que quizá no necesita de “florituras” pero estas, la hace aun más especial y brillante. Un drama perdurable, que no envejece, que mantiene su vigor a pesar de los años, y sigue siendo “mágico”. Una tragedia de fuerte contenido emotivo, llena de misticismo, acompañada con suspense y algo de humor acido, y que plasma de forma increíble todo lo bueno y mala del ser humano: el amor, la venganza, la traición, la envidia, los celos, … todos esos (y mas) sentimientos y pasiones que nos hace ser humanos, que nos hace fuerte y débiles, están presenten en la obra (tanto original como en la película).

Riz Abbasi, Richard Attenborough, David Blair, Brian Blessed, Kenneth Branagh, Richard Briers, Michael Bryant, Peter Bygott, Julie Christie, Billy Crystal, Charles Daish, Judi Dench, Gérard Depardieu, Reece Dinsdale, Ken Dodd, Charlton Heston, Kate Winslet, Robin Williams, Jack Lemmon, Derek Jacobi, Rufus Sewell, Michael Maloney……….. Todos están en estado de gracia, pero es Branagh quien reluce y está en su mayor esplendor, está en su salsa, ya ha interpretado en varias ocasiones personajes de Shakespeare, y al propio Hamlet (en teatro), y sabe que este papel, es idóneo para lucirse, y como buen egomaniaco, no pierde la oportunidad, que el mismo se ha dado, de hacer el papel de su vida, metiéndose en la piel del atormentado príncipe de Dinamarca protagonista de uno de los monólogos más famosos del mundo (monologo increíblemente bien llevado a escena).

Quizá, por este punto, por su sobreactuación, por toda la “floritura”, porque se quiera recrear el texto de forma completa, ……; le valga para decir que estamos ante una película pretenciosa, pero viniendo de Branagh, que se espera, ni él ni sus fans, ni de la propia obra original, hubiéramos aceptado otra cosa, Hamlet, no es, ni será (mejor dicho ni debería ser) una obra “fácil” de ver y leer.

HAMLET de Kenneth Branagh es una película grandilocuente, y esplendorosa, que proporciona el entretenimiento inteligente que podría esperar, pero que por desgracia, no ha sido tratada ni valorada como se debe.


Puntuación 10/10