Película francesa de esas que tiene alguna oportunidades para llegar a nuestro país, gracias sobre todo a su cierta semejanza con la película de hace unos años llamada “Los ríos de color Purpura” (también basada en una novela, esta vez de Jean-Christophe Grangé), pero esta vez sin rostros tan reconocidos y carismáticos, como Jean Reno y Vicent Cassel.
Basada en una novela de Fred Vargas, nos cuanta como el comisario Jean-Baptiste Adamsberg justo en el momento en que su novia se ausenta, ve como un extraño enigma, que parece portar un funesto destino, se abalanza sobre París. Por cada rincón de la ciudad comienzan a aparecer extrañas e inquietantes señales, palabras inquietantes que nadie parecer comprender. Y luego el miedo hace realidad lo temido: aparece un hombre muerto. Su cadáver está ennegrecido, la cara paralizada en una mueca de terror, los signos indican que puede ser la peste... esa parece ser la calve del enigma: la vuelta de la terrible plaga.
El personaje de Jean-Baptiste Adamsberg por lo que parece protagonista de parte de los libros de esta autora (alguno publicado en nuestro país), y en la película se nota como su historia personal se está desarrollando y se falta desarrollar, como si hubiera también intención de hacer una serie de película sobre él. Tanto a la hora de sus relaciones con su compañero de trabajo, los nuevos “amigos” que hará en esta aventura (que no dudo que la autora habrá aprovechado en otros libros), sus relaciones amorosas, ….. Se intuye en toda la película, que todo esto viene de antes y que se extenderá más adelante; tienes la sensación de que te has perdido, que falta algo, llegándolo a comprender cuando sabes que estamos ante una serie de libros (además no sé si han adaptado el primero, o han empezado por donde han querido).
Regis Wargnier (indochina) dirige este sombrío thriller sin el brío que lo haría Mathieu Kassovitz o Chris Nahon, pero consiguiendo lograda atmosfera y ese aire tan característico francés (en el que se incluye ese su ritmo narrativo tan pausado, tan propio y no tan idóneo para esta clase de película). La puesta en escena es impecable, muy propia del cine francés, sin demasiadas florituras, muy según “los libros”, pero falta de identidad propia que Wargnier no puede (sabe) darle.
En el reparto, una serie de actores, que representan diversas generaciones dentro del cine francés, simplemente están correcto, aunque su caracterización en la historia, tampoco es que ayude: José Garcia como el protagonista, al que quizá le falta un poco de fuerza (y quizá talento) para interpretar un personaje que debería ser carismático, y no frío y soso (o a lo mejor si es así su personaje literario, y estaríamos en una correcta representación, que si es así, dudo que me gustara ni así); Michel Serrault, sin duda el mejor de la película, en su último papel antes de morir el verano pasado; y los jóvenes y prometedores (aunque si fuera por esta película no daría dos duros por ellos) Marie Gillain y Nicolas Cazalé.
A pesar de las “pestes” que estoy echando a esta película, y sin duda no ser ni por asomo una gran película, y abarcar más de lo que puede, en ese intento de hacer una película de género noir de los de antes, pero no conseguir más que un pobre y algo incoherente thriller con uno de esos finales absurdo y en los que te preguntas, tanto para esto; inquieta y mantiene el interés lo suficiente, para darle el visto bueno, aunque si hubiera sido una película con menos pretenciosidad (típica del cine francés), y con algo más de personalidad, estaría recomendándola desde el primer párrafo.
Puntuación 4/10
0 comentarios:
Publicar un comentario