Parece ser que cuando les dan por un autor, le da fuerte a las editoriales, porque esta es la tercera obra guionizada por Eiji Ôtsuka editada por Glenat (MPD Psycho y Kurosagi, son las otras).
Detective Ritual es una obra de Eiji Ôtsuka, Ryûsui Seiryôin y Chizu Hashii que sigue publicándose en Japón en la Shonen Ace (la misma que MPD Psycho).
Este autor debe funcionar bastante bien y por ello la acumulación de series por parte de Glenat, aunque hay que reconocer que al ser guionista solo, y contar con dibujantes diferentes para cada serie, la obra de este autor, debe ser más extensa de lo habitual, ya que puede llevar diversas series al mismo tiempo.
En esta ocasión nos cuenta una historia ambientada en el año 2290, en Tokio, donde una poderosa asociación de detectives financiada por el Estado se encarga de resolver las causas criminales, relegando a la policía a un segundo plano (cosa que no es del agrado de estos). Aunque acaba de aparecer una nueva generación de detectives con poderes sobrenaturales que amenaza su supremacía. Al mismo tiempo, se convoca el “ritual detective”, una ceremonia de iniciación para ingresar en la Orden de los Caballeros Detectives que se realiza en una misteriosa isla que sólo aparece en días especiales.
Tengo que reconocer que es una de las novedades que con mas ansia esperaba en este salón del comic, y creo que es la que más me ha decepcionado, no por ser un mal manga, sino una obra menor del autor, y con muchos puntos en común con mi obra favorita de este autor editada en nuestro país, Kurosagi: Servicio de entrega de cadáveres.
Nos vuelve a adentrarnos en un mundo oscuro, e insólito, lleno de personajes excéntricos algunos de ellos con poderes paranormales, o habilidades un tanto peculiares, que utilizan para descifrar los misterios de los asesinatos. Todo ello con un ritmo muy rápido y desenfadado, con mucho humor negro, y sin más intención que hacernos pasar un buen rato, con esta extravagante historia y personajes.
En este primer tomo ya va directo al grano, sin molestarse en profundizar y desarrollar los personajes y sus misterios, más que lo suficiente para que conectemos con ellos, ya que ya iremos conociéndolos poco a poco, a lo largo de la serie.
En el apartado grafico es donde más pierde en comparación de sus obras anteriores, no consigue ni la expresibilidad de Hôsui Yamazaki y la atmosfera macabra y malsana de Sho-U Tajima.
La originalidad y frescura de Eiji Ôtsuka, en este manga, es comparable con nuestro conocimiento de su obra anterior; puede ser una buena manera para adentrarse y sorprenderse con el peculiar universo de este autor (aunque antes recomendaría Kurosagi que esta); pero para los que ya somos seguidores, a pesar de cierto regusto de Déjà Vu que nos pueda dar esta serie, podemos disfrutarla igualmente, aunque, por desgracia, no como la primera vez.
Puntuación 6.5/10
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