Mira que hacía años que no veía esta película, supongo que la vi en aquel programa de Gorina que tomaba como titulo una da las más famosas y celebres frases del cine de ciencia ficción, uppss!!!, mira por donde de esta misma película, klaatu barada nikto. Mi idea de esta película era tan vaga que la confundía con otra que aun no he llegado a recordar cual era (algún día la vere en estos revisionados, y me quedare tranquila).
!Pero que me voy por las ramas!. Como siempre.
Esta película de Robert Wise de 1951 basada en un relato de Harry Bates, empieza cuando una nave espacial aterriza en Washington D.C. y de ella sale un extraterrestre flanqueado por un amenazador robot con una capacidad destructora increíble.
Tras ver rechazados sus esfuerzos por reunirse con los líderes mundiales para prevenirles del fin inminente de la Tierra, el extraterrestre Klaatu se lanza a la calle. Sólo una bella joven, su hijo, y un ilustre científico responden a la petición de paz de Klaatu, mientras que el resto de la humanidad reacciona con desconfianza, miedo y violencia.
Tras ver rechazados sus esfuerzos por reunirse con los líderes mundiales para prevenirles del fin inminente de la Tierra, el extraterrestre Klaatu se lanza a la calle. Sólo una bella joven, su hijo, y un ilustre científico responden a la petición de paz de Klaatu, mientras que el resto de la humanidad reacciona con desconfianza, miedo y violencia.
Como buena película de ciencia ficción estadounidense de la época, en ella se refleja muchos de los miedos de la época, amenazas procedentes de otros mundos como reflejo al miedo de la invasión comunista, y el miedo al poder militar y en concreto a la bomba atómica; por lo que sirve como muchas más de su generación, como un buen documento histórico, fábula antinuclear y antibelicista, y critica política y social.
Sera de la mano de Michael Rennie del que nos vengan dichos discursos, él es el encargado de interpretar con creces su rol de emisario extraterrestre que viene en son de paz y a advertirnos de nuestra “estupidez” como raza autodestructiva.
En apartado técnico la película es soberbia, tanto en la dirección de Wise, como la banda sonora de Bernard Herrmann, y la fotografía que aporta una atmosfera oscura e angustiosa.
Una buena película de ciencia ficción, que demuestra que con una buena historia se pueden obviar los efectos especiales (aun así, me parecen estupendos, a pesar de la época), y que en su “espíritu” no ha envejecido para nada, y sigue siendo igual de inquietante y fascinante.
Puntuación 7/10
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