Un nuevo título de culto de la serie B, que como es habitual se presenta como una película caposa, con una estética futurista fascinante.
La historia con cierto estilo a Los Autos Locos de Hana & Barbera pero con mas dosis de gore, nos cuenta como los habitantes de las Provincias Unidas de América (antes Estados Unidos), cansados de tantas guerras y de la depresión económica, sólo encuentran interés en la carrera automovilística que se celebra en el país cada año. Una carrera donde cada persona atropellada puntúa positivamente y gana aquel que acumule más víctimas al final de la misma.
Antihéroes sadomasos y diversos personajillos mas bizarros, coches y escenarios de cartón piedra, sucesos inverosímiles, violencia, sexo light, mucho humor negro, vestuario estrafalario, música de los setenta, efectos especiales retro, ……. Con esto, nos encontramos en esta, entretenida y sin pretensiones, película de mitad de los 70, que tiene como mensaje camuflado, el exceso de violencia, y la manipulación del pueblo por parte del poder, por medio de los medios de comunicación.
Los actores están terribles, aunque no es de extrañar, tanto por sus caricaturescos personajes, como su poco talento en la interpretación; un Stallone antes de ser famoso por Rocky, y un David Carradine que sale más airoso, tanto por el aire de misterio de su personaje, como el propio carisma que desprende, por regla general.
Roger Corman produce esta pelicula de Paul Bartel, que destaca en especial por su direccion, que se basa en un relato de ciencia-ficción de Ib Melchior. La inventiva manera de estar rodada, de manera en que nosotros somos unos espectadores más de la carrera, disfrutando de la velocidad y la violencia.
La carrera de la muerte del año 2000, debe valorarse por lo que fue en su día, lo que dio de sí, como por ejemplo, ser una influencia para la posterior Mad Max, o videojuegos como Carmageddon; más que lo que es ahora, ya que se ve bastante cutre, pero aun así, divierte, gracias a su cierto encanto y a su ritmo frenético, como la primera vez, que tampoco es poco, y era el principal interés de la película en la época.
Ahora viene el remake de la película hecha por Paul W.S. Anderson y protagonizada por Jason Statham, de la que diciendo de todo menos cosas bonitas, y yo me pregunto, ¿en serio es mas mala que esta?, ¿le perdonamos a la serie b de los 80, cosas que no perdonamos ahora?. Ya os comentare cuando la vea, por le momento el encanto, y la originalidad de esta, juega en contra para la nueva película.
Puntuación 6/10
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