CROWS ZERO de Takashi Miike

No me canso de admitirlo, no soy para nada fan del director japonés Takeshi Miike, hasta hace unos años era una de sus más feroces detractoras, pero un par de sus películas que vi por inasistencia o recomendación de Yorick, me hicieron cambiar de opinión (Bird people in China y La guerra Yokai). Seguía sin ser fan del director, pero ya no era una de sus detractoras, ya que me fui adentrando cada vez más dentro de su filmografía y me encontré con películas muy dispares, hasta tal punto que algunas, me parecen película aburridas (Audition), o demasiado extremas (Ichi the Killer); otras, me entretienen, tenían su gracia (Llamada Perdida), o incluso pasaban a formar parte de mi lista de películas favoritas (Django).
Así que me enfrente al visionado de esta película, con cierta distancia, sin saber exactamente que encontrarme, o si estaría englobada entre la películas que aborrecía del director, de las que adoraría, o simplemente de las que me hacen pasar un buen rato. Una vez vista, tengo que incluirla, dentro de las idolatradas.

Crows Zero es una precuela, del manga homónimo de Hiroshi Takahashi, se centra en un periodo anterior de un año de los acontecimientos de la historia original, en donde se nos cuenta la llegada al instituto Suzuran, de Genji, un estudiante que es transferido voluntariamente a este salvaje institución, con la intención de conseguir lo que pocos han logrado, hacerse el dueño, llegar a la cima, dominando, ganándose el respeto, a mamporros limpio, o como sea, de todos los peligrosos estudiantes de deambulan por el instituto, y que tiene sus propias bandas. Pero no lo tendrá fácil, Serizawa, también tiene el mismo plan, y le lleva diferencia, y ya, tiene casi el poder de la escuela.


Estamos ante una muy entretenida película con toques de comedia, drama, y sobretodo camaradería, de peleas callejeras entre jóvenes descarriados, que buscan su lugar en el mundo, a base de puñetazos, en un descorazonador, agitado y violento mundo, en donde es difícil encontrar un posible camino de salida.

El reparto es un elemento muy importante en la película, y Miike, ha sabido, de nuevo, apostar fuerte por unos actores jóvenes, con gran carisma, y talento, aportando una gran vitalidad, a unos extraños personajes, muy bien construidos.
Estos jóvenes actores representan a la perfección, la gran dualidad de los personajes, y los diferentes registros interpretativos necesarios para dar credibilidad, a unos personajes (e incluso situaciones) con un look y estética,” guay”, muy a lo manga y anime.
Shun Oguri y Takayuki Yamada están soberbios en sus papeles como máximos protagonistas y rivales, hasta tal punto que gracias a sus actuaciones, y sobre todo sus excelentes y bien desarrollados, personajes, no conseguí decidirme por de qué lado estaba, a que bando apoyaba. Pero la película también, tiene un gran elenco de secundarios, como Kyosuke Yabe, como un Yakuza de segunda, que ve como hacia se encamina la vida del personaje de Oguri, la única manera de alcanzar sus sueños rotos.

El toque Miike, aunque presente, no es excesivo, incluso pasa desapercibido, lo que si se advierte es su calidad como director, dándonos esta película en donde los sentimientos y la acción, están presentes por partes iguales, construyendo una película redonda, con un final “rabioso”, con esa espectacular pelea multidinaria, pasada por agua, donde, mejor se puede aprecia el trabajo en la dirección y el apartado técnico de todo la película, en general, muy visual y estilizado.

También habría que destacar la banda sonora, muy presente en todo momento, aportando en cada ocasión su significado, y con actuaciones en director incluidas.


Para mí, el 2007 ha sido un buen año para Miike, en donde dos de sus tres (o cuatro) películas, Crowes Zero y Django, han pasado al instante de verlas, a mi lista de películas favoritas, ojala este 2008, nos aporte, de nuevo grandes proyectos.


Puntuación 9/10