Derek Kwok guionista de 2002, entre otras, hace su segunda incursión en la dirección después de The Pye-Dog, con este thriller oscuro sobre personajes amorales, desesperados, y maltrechos (mafiosos, asesinos, vagabundos, prostitutas y policías corruptos, …. ), en busca de su humanidad y felicidad, a pesar del, decadente y deprimente, ambiente en que se mueven.
El decadente barrio de Shan Sui Po, centro de la prostitución y las mafias locales, es el sitio ideal donde ser policía si hace tiempo que perdiste los escrúpulos. Jan, es uno de ellos, un policía que juega en los dos bandos y Fa, una niña que acaba de llegar al barrio. Una rocambolesca serie de acontecimientos (asesino a sueldo de por medio) les hará compartir un funesto destino.
A pesar , de que no se nos muestra nada nuevo en esta película, tanto en la historia que nos cuenta, como en desarrollo de los personajes y de la misma, si que tiene unos cuentos momentos muy destacables, que se entrevé soplos de autentica de brillantez, que quizá no llegan a la maestría de maestros del género (Johhny To, Wilson Yip), pero se acerca.
Estos momentos son el inicio de la película, y el final, dos instantes perfectamente orquestado en cuanto a dirección y desarrollo, y también los de más acción y violencia; en donde comienzan y acaban, y se entrelazan, las diversas historias y personajes, que nos presenta en el transcurso de la película.
La dirección de Kwok, logra una dirección más que correcta, en la que destaca una buena ambientación, del barrio marginal que nos refleja, Shan Sui Po, de manera oprimente , angustiosa, y llena de detalles
La película consta de un gran número de personajes, a los que en hora y media, es casi imposible indagar en su psicología, ni desarrollarlos de manera correcta, por lo que la película se resiente mucho, ya que su intención es dar mayor importancia a los personajes que a la acción, por lo que no consigue su cometido.
Los personajes, que a pesar de que, por muy tópicos que sean, tienen unos ramalazos de excentricidad, y por lo tanto de singularidad, pero no hasta tal punto de hacerlos interesantes, por mucho empeños que los actores protagonista hagan en darles, su propio carácter y carisma, como es el caso de Shawn Yu, o el secundario, de lujo, Eric Tsang.
The Moss tiene sus virtudes, sus momentos de lucidez, pero su ritmo algo lento, su falta de profundidad en la historia y personajes, y de innovación, la hacen quedarse a medio camino de lo que se divisaba en un principio, a pesar de las pocas pretensiones que se muestran en todo instante.
Puntuación: 4/10
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