"Transsiberian" es un thriller ambientado en el mítico ferrocarril que une la Rusia europea con las provincias del lejano Oriente ruso, Mongolia y China. Tras una temporada en Pekín, Roy y Jessie, deciden viajar hasta Moscú. La gente que viaja en el monstruoso y algo tétrico tren es bastante extraña y un viajante les explica que los traficantes suelen usarlo para pasar droga.
Al poco de empezar su viaje, la pareja entabla relación con sus compañeros de compartimento Ian y Abby se dedican a viajar por el mundo dando clases de inglés y comprando objetos en un país para revenderlos después, como unas muñecas matryoshka que Ian dice vender en Ámsterdam a muy buen precio.
Sus caminos se cruzarán con el del inspector Grinko, que viaja desde Vladivostok siguiendo los pasos de los asesinos de un narcotraficante y de un importante alijo.
Brad Anderson es un director que recibe críticas muy dispares, yo me he decantado siempre a favor de este director, un director en donde sus películas se presentan de una manera y dan más de sí (para buenas o para malas), que crea, por regla general, un ambiente claustrofóbico, en películas de suspense, en donde se da mayor importancia a los personajes, y a la culpa que siente uno de ellos, por un determinado hecho atroz que ha cometido.
Pero mientras sus anteriores películas el resultado en general, y, sobre todo, las decisiones tomadas por los personajes llego a comprenderlas, en esta película no es así.
La película, un thriller, con claras influencias de Hitchcock, se desarrolla más o menos satisfactoriamente (aunque con demasiado tópicos y normalidad), hasta la última parte de la película, hasta un determinado suceso, que me parece que pierde el norte, llegando a un clímax ridículo, increíble, forzado, e incomprensible.
Incomprensible casi por completo, me parece el comportamiento de los personajes, no ya el hecho de cometer un acto, en que a partir de ahora la película se centrara en ello, (que esto si lo comprendo); sino el no querer admitirlo a pesar de no solo correr peligro tu vida sino el de tus seres queridos, no puedo comprenderlo, ni aun menos, identificarme con un ser tan egoísta.
El problema es que no solo no consigo identificarme con ningún personaje en la película, por lo consiguiente adentrarme en ella, ni importarme que les sucede, por lo que, un elemento tan importante en esta película como son los personajes, fallan, no solo porque no me haya gustado su carácter, sino por sus actuaciones, que no están a la altura, por unos actores que simplemente no cuajan en los personajes, o no saben sacar el partido a estos.
Woody Harrelson no es creíble en su papel de esposo atolondrado; Emily Mortimer tiene un personaje odioso, y a pesar de lo que sufre, de todo lo que le pasa, no es capaz de mostrar ni un rasgo, que me haga estar en “sintonía” con su personaje; me es muy extraño escuchar a Eduardo Noriega, soltar de vez en cuando una palabrilla en castellano de vez en cuando en plan conquistador y sensual (que no me lo parece, encima); y Ben Kingsley es un malo de cliché.
No todo son puntos negativos en la película, y es que la atmosfera claustrofóbica, y sombria, es constante en la película, y eso sin duda es gracias a las localizaciones, y al fotografía. Y es que Rusia, y su corrupción, y “frialdad”, es un escenario perfecto para lo que pretende mostrarnos, este thriller dramático, que para mí, ha sido toda una decepción, y un producto muy fallido.
Puntuación 3.5/10
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