My Darling of the Mountains

La nueva película del inclasificable director Katsuhito Ishii (The Taste of Tea) está muy alejada de sus anteriores trabajos. Se trata de un remake de una película de 1938, Anma to Onna de Hiroshi Shimizu, y nos narra la historia de un triangulo amoroso ambientado en los años 30, entre un masajista ciego, una misteriosa mujer venida de Tokio, y un hombre denegocios a cuidado de su sobrino. Todo ello situado en un paradisiaco pueblecito de las montañas.

Ishii deja la comedia surrealista, “viva”, colorida, y pasada de vuelta, para dar paso a una película más sencilla y clásica y con un ritmo pausado.
Aunque estemos ante un trabajo más comedido y “poético”, gracias no solo a la historia, sino al ritmo pausado de la película (llena de silencios), la fotografía, la bandas sonora y los preciosos paisajes, eso no quita que se puedan ver “toques” propios del director, en concreto en las rocambolescas situaciones en las que los ciegos masajistas (estos personajes son los que nos proporcionan los “gags” mas pasados irreverente) o el grupo de excursionistas se ven involucrados.
Ni mucho menos que estemos ante una obra menos recomendable que sus anteriores trabajos, todo lo contrario, quizá, sea más fácil de “digerir” por parte de un no iniciado al cine asiático o al trabajo del director.


Las actuaciones son muy buenas en concreto la de Tsuyoshi Kusanagi (Japon se Hunde) que aunque en ocasiones sobreactúa (como la mayoría de las interpretaciones de los personajes ciegos de la película) nos presenta una interpretación muy divertida, y enternecedora.

Es una película muy tranquila, que se puede hacer un poco lenta y larga a pesar de durar menos de hora y media, pero que es altamente disfrutable, sobre todo por su sencillez, su ternura y “paz”, que es todo un homenaje (con mucho arte y cariño) a las comedias clásicas.


Puntuación 7/10