Sir Percy Blakeney, un aristócrata inglés del siglo XVIII, lleva una doble vida. Parece ser un dandy de poco carácter y una vida de lujo, pero en realidad tiene un papel importante en la Resistencia contra el régimen del terror de Robespierre en Francia, salvando a la nobleza francesa....
Este personaje es muy atractivo, como buen héroe que se precie tiene una doble personalidad, Percy Blakeney, un frívolo aristócrata tomado por el “tonto” de la corte, y el valeroso, inteligente, y misterioso Pimpinela Escarlata, un héroe para algunos y infame para otros.
Tras el éxito de la Pimpinela Escalata (que reseñe hace unos dias) película dirigida por Harold Young en 1934, y producida por Alexander Korda que estaba basada en una novela de 1907 "The Scarlet Pimpernel", de la baronesa Emmuska Orczy; se estrena en el 37 una segunda parte, pero extrañamente sin contar con los actores principales. Se sustituye a Leslie Howard por Barry K. Barnes a Merle Oberon por Sophie Stewart y a Raymond Massey por Francis Lister, actores que desgraciadamente no están a la altura de sus predecesores, lo que convierte a esta película, aun mas, en una de “segunda división”, a pesar de contar con un jovencito y primerizo James Mason.
Quizá simplemente quisieron aprovechar dicho éxito (por eso puede ser que Alexander Korda se desentendiera un poco de la película y por ello simplemente aparece como productor ejecutivo) sin tener en cuenta la calidad de la película, porque como ya he comentado ni los actores son ni se han convertido en “leyendas” (excepto Mason, claro), ni el guión, ni los medios artísticos (aunque esta vez la película posee una banda sonora) son dignos de ser comparados con la primera parte.
Aun así, auque en menor medida la película es entretenida, tiene momentos muy divertidos e ingeniosos diálogos, pero aumentan sus “fallos” como el excesivo patriotismo (el ridículo final y los canturreos monárquicos); la falsedad de los hechos reales (recordemos que esta escrito por una Baronesa por tanto su “repulsión” por el pueblo y la revolución se muestran con mayor énfasis, aunque en esta ocasión tenga parte de razón con el asunto de Robespierre); la ingenuidad (también véase el ridículo final); y la falta, como en la primera parte, para mi gusto e expectativas, de acción, de peleas de espadas, persecuciones a caballo, ..... ; fallos a los que se incorpora otros nuevos como el poco carisma de los actores y un guión mal estructurado.
Puntuación 5/10
Este personaje es muy atractivo, como buen héroe que se precie tiene una doble personalidad, Percy Blakeney, un frívolo aristócrata tomado por el “tonto” de la corte, y el valeroso, inteligente, y misterioso Pimpinela Escarlata, un héroe para algunos y infame para otros.
Tras el éxito de la Pimpinela Escalata (que reseñe hace unos dias) película dirigida por Harold Young en 1934, y producida por Alexander Korda que estaba basada en una novela de 1907 "The Scarlet Pimpernel", de la baronesa Emmuska Orczy; se estrena en el 37 una segunda parte, pero extrañamente sin contar con los actores principales. Se sustituye a Leslie Howard por Barry K. Barnes a Merle Oberon por Sophie Stewart y a Raymond Massey por Francis Lister, actores que desgraciadamente no están a la altura de sus predecesores, lo que convierte a esta película, aun mas, en una de “segunda división”, a pesar de contar con un jovencito y primerizo James Mason.
Quizá simplemente quisieron aprovechar dicho éxito (por eso puede ser que Alexander Korda se desentendiera un poco de la película y por ello simplemente aparece como productor ejecutivo) sin tener en cuenta la calidad de la película, porque como ya he comentado ni los actores son ni se han convertido en “leyendas” (excepto Mason, claro), ni el guión, ni los medios artísticos (aunque esta vez la película posee una banda sonora) son dignos de ser comparados con la primera parte.
Aun así, auque en menor medida la película es entretenida, tiene momentos muy divertidos e ingeniosos diálogos, pero aumentan sus “fallos” como el excesivo patriotismo (el ridículo final y los canturreos monárquicos); la falsedad de los hechos reales (recordemos que esta escrito por una Baronesa por tanto su “repulsión” por el pueblo y la revolución se muestran con mayor énfasis, aunque en esta ocasión tenga parte de razón con el asunto de Robespierre); la ingenuidad (también véase el ridículo final); y la falta, como en la primera parte, para mi gusto e expectativas, de acción, de peleas de espadas, persecuciones a caballo, ..... ; fallos a los que se incorpora otros nuevos como el poco carisma de los actores y un guión mal estructurado.
Puntuación 5/10
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