Nueva película de James Wan, uno de los artífices de la saga Saw, que se aleja del terror para adentrarse en una película de justiciero al puro estilo de los 80.
Un padre de familia ve como su hijo mayor es asesinado ante sus ojos sin poder hacer nada al respeto. Cuando detiene al responsable y descubre que simplemente ira a la cárcel un par de años, decide tomarse la justicia por su mano. Pero violencia engendra violencia, y lo único que conseguirá es poner en peligro su vida y la de su familia, cuando la banda a la que pertenece el asesino decida vengarse también.
Esta película con menor repercusión que la reciente “La extraña que hay en mí”, no tiene nada que envidiar a esa sobrevalorada película de Jodie Foster, pero tampoco aporta nada más (además es igual de pretenciosa, y es que Wan, vuelve a hacerlo, intentar crear algo mayor de lo que puede y consigue, como sucedió con Dead Silence).
Estamos ante una típica película de vengadores con unas escenas de acción que se resuelven de forma digna sin grandes florituras (muy estilo los 80, sin olvidar la violencia), pero que destaca gracias a la actuación de Kevin Bacon (Mención especial a John Goodman en un papel de lo más surrealista), la violencia (muy bruta y cruda), el cierto giro dramático e inesperado que da la película a su mitad, y la buena puesta en escena de Wan.
Comento que la película tiene un aire a los films de justicieros de los 80 y es que está basada en una novela de Brian Garfield, la misma en la que se baso Yo Soy la Justicia, así que, supongo, que esta película podría considerarse una especie de remake de aquella que protagonizado Charles Bronson.
Es en el guion donde falla la película, y es que se hace inverosímil en muchos aspectos, sobretodo en no haber querido incorporar un pasado o presente de militar o de algún tipo atlético al personaje de Bacon, y es que ver a un ejecutivo correr una “maratón”, pelear y disparar sin más entrenamiento que el de su propia rabia y no solo salirse airoso, sino parecer un experto en el tema, lo hace interesante sí, pero irreal.
Una película que si se tomara menos en serio y hubiera aportado un simple divertimento, en vez de tanta pseudofilosofia mal integrada, sería un gran pasatiempo, pero como no es así, se queda en, en una fallida película (en los 80 sabían lo que tenían entre manos, en Punisher no había tantas pretensiones, y en mi opinión (aunque no el de la mayoría) se consiguió un buen ejemplo de cine de justicieros, entonces …… ¿porque intentan hacer una “tragedia griega” con este tipo de material).
Puntuación 5.5/10
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