Mike Church, un detective de Los Angeles especializado en encontrar a personas desaparecidas, tiene como misión ayudar a una joven y guapa mujer que ha perdido la memoria. Lo único que sabe de ella es que, todas las noches, tiene terroríficas pesadillas
Morir todavía es la segunda película de Branagh como director, que eligió sorprendentemente, después del éxito de Enrique V, este un thriller romántico que protagoniza junto a su esposa en aquellos momentos Emma Thompson, además de Robin Williams, Andy Garcia y Derek Jacobi.
Pero a pesar de que este director se decanta por las obras clásicas de Shakespeare, viendo en estos momentos su carrera, es cierto que también ha probado otros "generos". Y porque no probar, en esa época, con este homenaje a los clásicos del género negro (aunque no dudo que parte de su elección también fue con intención de financiar, futuros proyectos).
Aunque no todo es obra de Branagh, este, se limito a seguir con gran destreza, el guion de un talentoso Frank Scott. Los dos se compaginaron mutuamente ya que, Scott conto con el apoyo de Branagh de mantener guion original (la temática de la reencarnación no era muy apoyada por los grandes estudios, y que se filmara parte de la película, la del pasado, en blanco y negro, entre otras cosas)
Quizá, y a pesar de un reparto principal tan británico, sea su película menos inglesa, una película de “género noir” con influencias hitchcockianas que juega de manera interesante con el color y blanco y negro, representado los diferentes cambios temporales que se entrelazan en la historia.
Un género tan americano, con todos esos clichés tan anhelados por sus afucionados, que con el excelente guion y una elegante dirección no tan teatral como es habitual por parte del director (salvo por el final), hacen que funcione y encajen a la perfección.
Tenemos personajes arquetipos aunque con ciertos cambios, el detective, la mujer fatal, el periodista, el malvado, ……..; pistas constantes hacia donde se encamina la película y su final, que además nos dan constantemente diferentes culpables. Y todo ello, acompañado con un persistente toque de humor, una ambientación perfecta y una sublime banda sonora.
Una inteligente y efectiva película que hacia entrever una gran carrera cinematografía para Branagh (y Scott), que lo fue y lo es, a pesar de sus pocos éxitos, que se ve perjudicada por ese final tan absurdamente realizado.
Puntuación 6.5/10
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