Que mejor que empezar este especial semanal que con esta película, una que definiría perfectamente el “género” que he escogido dentro del cine de terror (no existe tal genero, pero me lo invento XD, para englobar determinadas películas que por alguna razón u otra he decido ver durante estos días). Consistiría en esa clase de películas que un ser de otro planeta (por regla general) en forma normalmente de insecto, larga o algo por el estilo, se introduce dentro del cuerpo humano, les transforma tanto físicamente como mentalmente, o no, y sale posteriormente de una forma abrupta, violenta y sanguinolenta, que suele acabar con la vida del huésped.
Esta película que data de 1982, es de las mejores y mejor elaborada de uno de los maestros del terror, John Carpenter (aunque no estaría entre los primeros puestos de mis favoritas del director), y una de esas excepciones, en cuanto a remake que es superior a su original, El enigma de otro mundo de 1951, asemejándose más a la obra original literaria de John W. Campbell.
Como es típico en el cine de Carpenter, no estamos ante héroes, los personajes se enfrentan a una amenaza “exterior” pero no de forma heroica, sino para sobrevivir, llegando a desconfiar entre ellos, antes de comportarse como héroes y colaborar conjuntamente, ya que no pueden distinguir el “mal”, pues puede imitar el aspecto de toda forma de vida.
La película es bastante violenta y grotesca, en sangre y las transformaciones, sin mucha sutileza, por lo que en la época, algo edulcorada por extraterrestres “monos” (véase ET), fue un total fracaso tanto en critica como en público, pero, como no, ha acabado convirtiéndose en una obra de culto, y siendo considerada una de las mejores películas del género y del director.
Pero todo este “gore” no está de más, sino que está al servicio de la película, creando a la perfección los violentos, inquietantes, desconcertantes e impactantes momentos que sufren nuestros protagonistas, y esto es, gracias a un elaborado e inteligente guion, la buena puesta en escena de Carpenter, y , sobre todo, a las magnificas criaturas creadas por Rob Bottin.
En cuanto al reparto, el actor fetiche del director, el infravalorado Kurt Russell, que tantos buenos e inolvidables personajes ha dado al cine, de la mano en especial de Carpenter, y que aquí vuelve a demostrar su talento y carisma, Le secundan un buen grupo de actores con talentos, que dan a unos personajes algo estereotipados, una gran distinción.
Una perturbadora y angustiosa película que no ha envejecido en absoluto, que nos dejara atónicos en cada aparición de la criatura, y nos atrapa en todo momento y desde el principio, por su inquietante y trepidante ritmo.
Puntuación 8/10
1 comentarios:
Una de mis ochenteras favoritas. Es una de esas películas de mi lista que da igual por donde la empiece viendo, siempre la acabo.
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