Un hombre al que están a punto de aplicarle la pena capital contempla obsesivamente un largo número en la soledad de su celda. Al acabar la ejecución, el verdugo descubre este número anotado en un pequeño papel al lado de la silla eléctrica. Lo recoge y se lo lleva casa. A partir de ese momento su vida cambia por completo.
Ni recuerdo como descubrí este autor, pero sé que me hipnotizo, desde el primer momento que cogí un comic suyo para ojear. Pero acabe ensimismada, con su trabajo al descubrir como trabajaba; directamente sobre un fondo negro dibujaba con tinta blanca.
A pesar que no utilice textos de ningún tipo en el comic, Ott, consigue con su dibujo y narración, una gran intensidad en la historia.
Sus obras suelen presentarnos historias siniestras, filosóficas, pesimista, maliciosas, ….., narradas con sencillez, pero creando un ambiente angustioso, apoyado por un dibujo elegante, precioso, pero muy oscuro y claustrofóbico al utilizar contrastes en blanco y negro, que nos transmite esas atormentadas sensaciones.
En esta ocasión la historia está protagonizada por una persona normal que seguirá un camino hacia los infiernos a causa de lo que aparentemente es una “tontería”.
La edición como suele tenernos acostumbrados estas editoriales “pequeñas” es impecable, La Cupula, demuestra que puede y saber mimar su productos, y al mismo tiempo puede mantener un precio ajustado.
Nunca es tarde para descubrir el trabajo de este sueco, nunca decepciona, y siempre fascina.
Puntuación 8/10
1 comentarios:
Efectivamente es un gran comic. Poder crear una buena historia y contarla sin usar palabras no lo hace cualquiera (o por lo menos no tan bien como Thomas Ott). Lo único malo (si es que se le puede decir que es malo) de éste autor es que sus obras se terminan de "leer" bastante rápido lo cual deja con ganas de más.
Bueno, felicitaciones por el blog (que lo encontré de suerte en google buscando info sobre éste autor).
Saludos!
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