El tricampeón de velocidad Jensen Ames es todo un experto a la hora de sobrevivir en el desértico paisaje en el que se ha convertido el país. Cree haber cambiado de vida, pero el ex convicto es acusado de un terrible crimen que no ha cometido. La alcaidesa de Terminal Island le obliga a ponerse la máscara de Frankenstein, un favorito del público al que parece imposible matar, y le da dos opciones: competir o pudrirse en una celda.
Con el rostro escondido detrás de la máscara metálica, el preso deberá sobrevivir a los tres días más terribles de su vida, enfrentándose a los peores criminales procedentes de las cárceles más duras del país si quiere salir libre. Al volante de un monstruoso coche armado con ametralladoras, lanzallamas y lanzagranadas, este hombre desesperado será capaz de destruir todo lo que se interponga en su camino para ganar el juego de masas más retorcido de la tierra.
Remake de la película del culto Death Racer 2000, de la mano de Paul W.S. Anderson, con el nuevo héroe del cine de acción chusquero, el carismático, Jason Statham.
Este remake, al igual que muchas otros, pierde en comparación del original, su inventiva en la dirección, se pierde, al intentar emular a una película mas de acción del montón, a lo que parece más quererse asemejar, olvidando lo que hacía tan especial y atractiva, a la original, que era ni más ni menos, que el ambiente bizarro de película de ciencia ficción de serie b, que desprendía, tanto en los personajes, la historia, y diversas situaciones.
No solo se pierde ese aire serie b que desprendía la original, ni el atrevimiento y originalidad, en la historia y diversas situaciones, sino que también, el mensaje de la clásica, sobre la manipulación del pueblo por parte del poder, y por medio de los medios de comunicación.
La pobreza de guion, de su falta de narración y desarrollo, unido al poco atractivo de los personajes, hacen que ni siquiera Statham, que suele salvar con su peculiar carisma, casi cualquier prueba que se le ponga por delante, salga airoso, por esta vez.
Para mas colmo, gente de la talla de Joan Allen y Ian McShane, tiene su papel importante en la película, aportando la primera una desgana inaceptable (lee antes el guion de hacer una película, y decide antes de meterte en ella, no participar), y el segundo, un aguante despótico, mostrando su talento, como debería haber hecho la primera, ante semejante desfachatez de guion.
Death Racer, es una película de acción de carreras, muy simplista y plana, con una pequeña dosis de violencia, en la que, su duración de algo más de hora y cuarenta minutos, la hacen pesada en algunos tramos, por su falta de interés y ritmo.
Puntuación 3/10
3 comentarios:
Que pena!! Con lo que me gustaba Paul Anderson cuando Soldier, Event Horizon y Resident Evil I ... Ultimamente no levanta cabeza :(
Nooooo, a mi me parecio muy divertida :PP
Es que sea mala, la verdad me da igual, pero es que me aburrio muchisimo.
Publicar un comentario