Tras haberse criado con un padre violento a quien culpa de la muerte de su madre y el apuñalamiento de su hermana, Song-Hoon solo es capaz de vibrar con la emoción previa a cualquier estallido de violencia. Pero eso cambia cuando conoce a Yeon-heui, una descarada estudiante adolescente. También víctima de la brutalidad diaria de su padre y de la insensibilidad de su hermano, a Yeon-heui no le impresiona la aparente dureza de Song-Hoon, pues también tiene su dosis de maltrato en el seno de una familia disfuncional. Lentamente, un vínculo familiar alternativo se irá creando entre los dos.
Breathless es el primer largometraje de Yang Ik-June como director, que además guioniza, produce e interpreta, y se salda con un sobresaliente. Y eso que lo tenía difícil ya que estamos ante una película que toca un tema tan polémico, complejo y difícil de trasladar a la pantalla, pero lo hace con gran eficacia.
La película rodada en una hiperrealista, inquietante y asfixiante cámara en mano (demasiado desenfocada y movida en ocasiones) tiene un ritmo enérgico y feroz, y a pesar de su narración algo convencional y lineal, no cae en el melodrama fácil y barato, sino que nos presenta una atípica denuncia de la violencia domestica.
Como si un drama familiar algo tópico, sencillo, previsible, y melodramático se tratara, Breathless, esconde una grandísima película mucho más compleja y profunda sobre la violencia domestica, y como generación tras generación afecta de una manera u otra, ampliando el problema y llevándolo a consecuencias trágicas e inevitables.
La alta violencia de esta película y la rabia de los personajes se contrarrestan con los sentimientos, el humor de algunos fragmentos, y la espontaneidad de algunos personajes secundarios, haciendo más asimilable esta durísima película, pero aun así, no es una película para todos los públicos, sobre todo si no estás acostumbrado a la filmografía surcoreana, por lo que la deserción en la sala por parte de algún que otro sensible espectador, es más que comprensible.
Los actores están impresionantes, sus complejos e intensos papeles dan pie para exhibirse.
Sang-Hoon (Yang Ik-June) es un gánster violento y antisocial que muestra sus emociones a base de golpes e insultos, un alma torturada por su infancia llena de abusos y tragedia, y que gracias a la fortaleza de una joven estudiante malcarada, Yeon-Hee (Kim Gol-bi,), venida también de una familia disfuncional, cambia su vida. La amistad entre estos dos personajes torturados, que asimilan la violencia de su entorno de diferente manera, les beneficia mutuamente, y curara sus heridas.
El cine asiático y el cine surcoreano en especial no creo que este pasando un mal bache como rápidamente y fácilmente todos reprochan, sino que se lo digan a Yang Ik-June y a Na Hong-jin (The Chaser), dos nuevos relevos a directores tan consagrados como Bong Jong-ho y Park Chan-wook.
Puntuación: 8.5/10
2 comentarios:
Ya leí por ahí algo acerca de esta película y, la verdad, también la ponían muy bien como tú.
Lo malo es que el tema que trata no me atrae en absoluto. Vamos, yo sería uno de los que se van de la sala al ver escenas de violencia. Bueno, en realidad no, nunca me he ido de un cine, pero sí que lo pasaría mal.
Saludos!!
La pelicula es muy dura pero si aguantas hasta que te dan ha conocer las razones de la violencia del personaje principal (la primera media hora mas o menos) y por tanto llegas a simpatizar con el, es mas llevadera.
Tienes que estar muy acostumbrado al cine coreano, creo yo, para aceptar esta violencia como parte mas de su cine.
Aunuqe hay que admitir que aqui los simples cachetes se transforman en ostias bien dadas.
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