Drama carcelario anti-pena de muerte que podría haber dado más de sí, pero no deja de ser interesante.
Aunque en Corea de Sur hay pena de muerte no ha habido una ejecución desde 1997, por lo que la película para explorar este delicado tema, parte del hipotético caso de que el gobierno decide adoptar esta medida extrema en tres asesinos condenados a muerte.
The Executioner, se diferencia de la mayoría de dramas carcelarios, en que se centra en los guardias en vez de los propios presos, así pues, vemos el día a día de estos en la prisión y como deben enfrentarse al hecho de ejecutar a una persona, al mismo tiempo que algo de sus vidas fuera de ella, sus vidas personales también llenas de dilemas y muy afectadas por sus trabajos.
Aun así, al igual que los “buenos” son presentados con sus numerosos fallos que los hace mas humanos, los criminales, los asesinos también tiene su parte humana y así nos la presentan, eso sin, sin hacernos olvidada el porqué están ahí.
En su primera mitad, la película contiene una buena cantidad de escenas y momentos de humor, algo que deja paso en su segunda parte al drama puro y duro, parte, quizá, excesivamente melodramática.
Aunque el máximo problema de la película es la falta de una mayor profundidad de los oscuros personajes y de la compleja y emotiva historia, Choi Jin Ho, debuta con este drama apuntando buenas maneras, en el que destaca su parte actoral encabezado por Yoon Kye Sang (Beastie Boys) que interpreta a un novato, Park In-hwan (Thirst) como un veterano cansado al que le persiguen sus fantasmas del pasado, y Jo Jae-hyeon (Sword in the Moon) como un hombre "enfadado" que trata con desprecio y dureza a los prisioneros.
Choi evita pronunciarse sobre el tema de la pena de muerte, eso nos lo deja a nosotros, el espectador, lo que si se cuestiona es el sistema judicial y lo hace de manera directa y contundente, con esta película que tiene más valor por el tema que nos presenta que por su conjunto.
Puntuación 5/10
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