Después del disgusto de Repo! nos siguió, otro, pero esta vez por la propia calidad de la película.
Inspirándose en la vida del escritor Philip K. Dick, esta película sin mucho que aportar, salvo, lo que ya sabíamos, que Dick, le dio en su día mucho a las drogas, y acabo como acabo, creyendo en la iluminacion, y demás; se nos presenta esta paranoia sin pies ni cabeza (y con un ritmo muy, pero que muy lento), sobre un escritor en crisis, que después de un buen subidon, empieza un viaje alucinógeno, en donde la realidad, se mezcla con sus obras de ficción.
Bill Pullman, que esta año participa en dos películas a concurso, con unos kilitos de mas, barba, totalmente desquiciado, y con muchos tics, es el protagonista absoluto de esta película, metiéndose en la piel, de este escritor en horas bajas, de una manera excepcional (¿sera que también es una actor en horas bajas, y se vera facilmente reflejado?, o que ¿cuando quiere, como ya demostró en Carretera Perdida, puede hacer papelones?).
Supongo que para algunos, esta película podrá aportar horas y horas de reflexión, pero no nos engañemos, no es tan compleja, ni cuenta tanto, ni es de tal envergadura, como pretende dar a entender, y es que Matthew Wilder, su director, lo pretende, pero no, no es David Lynch.
Puntuacion: 2/10
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