Después de una simplemente correcto debut con WAZ, Tom Shankland, vuelve a estar presente en Sitges con esta película en la que todo vale con tal de ver a unas inocentes criaturas convertirse en unos monstruos de cuidado. Y es que una película con niño (niños en esta ocasión) “cabron” siempre ha gustado mucho dentro del género de terror, logrando resultados muy diferentes.
Tengo que reconocer que al igual que los slasher pocas veces me han inquietado y asustado estas películas protagonizada por niños terroríficos, si que suelo divertirme con ellas si no se toman muy en serie, claro, y The Children aunque en un principio parece tomarse en serio presentándonos a los personajes y sus diferencias sociales, culturales y filosóficas, pareciendo que íbamos a encontrarnos con una película costumbrista bastante critica y “sin acción”, en la que el supuesto terror se consigue con una atmosfera inquietante a la espera del ese supuesto y definitivo estallido de los niños; cuando estos se convierten en unos pequeños y violentos monstruitos, empieza la diversión, alejándose de todas las tonterías y las formas anteriormente presentadas, para mostrarnos la carnicería, de una manera más violenta y bruta de la que pensarías tratándose de niños implicados en escena.
Así que si aguantamos con paciencia su primera mitad de la película (como es habitual en genero) nos encontramos con una especie de slasher tópico (y en ocasiones inverosímil), protagonizado por niños de 5 y 10 años, en el que quizá le sobre seriedad (menos mal que hay por medio una adolescente sin complejos y sin miedo a actuar) y pretenciosidad (lo mismo que pasaba en WAZ, Shankland quiere sorprender con algo demasiado tópico y lo hace con trucos baratos y no con una historia de verdad), pero de la que si nos dejamos llevar y obviamos todo esto, nos podemos llevar una agradable sorpresa.
Puntuacion 4/10
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