Ninja Assassin.

La superestrella sur coreana Rain (Full House, I´m a ciborg…) sigue labrándose una carrera en América con esta nueva colaboración con los hnos. Wachowski después de su papel como secundario en Speed Racer. Esta vez es el protagonista absoluto de un film que parece tener dos propósitos: proporcionar hora y pico de entretenimiento bestia, y el lucimiento del actor y cantante coreano. En ambos casos triunfa, en este probable Riki-Oh de la década.


Ninja Assassin narra la historia de Raizo, uno de los mejores asesinos del mundo. Raizo es un niño de la calle transformado en una máquina entrenada por el Clan Ozunu, una sociedad secreta la cual se cree que es un mito. El asesinato de uno de los amigos de Raizo por el mismo Clan hace que él huya y desaparezca. Ahora el espera el momento indicado para la venganza. En Berlin, la agente de Europol Mika Coretti ha chocado con una pista que demuestra que asesinatos políticos tienen vinculación con asesinos del Lejano Oriente. Desafiando las ordenes de su superior, Ryan Maslow, Mika investiga mas a fondo para saber la verdad detrás de los asesinatos. Este descubrimiento la convierte en un blanco del Clan Ozunu y asesinos son enviados tras ella liderados por el letal Takeshi, para silenciarla para siempre. Raizo salva a Mika de sus atacantes, pero ahora el sabe que el Clan no descansará hasta que ambos sean eliminados.


Esta película promete lo que da, y es que no veremos más allá de ninjas asesinando a diestro y siniestro, litros y litros de sangre y a Rain enseñando abdominales, eso sí, de la mano de un director que sabe cómo manejar la cámara (James McTeigue), unos productores (los hermanos Wachowski) que saben donde meten el dinero, y unos guionistas (J. Michael Straczynski y Matthew Sand) que han visto demasiadas películas de Luc Besson.


Esta versión moderna y con presupuesto de una película de kung fu de los 70 no esconde sus referencias del manga y el anime, y aunque se rumoreaba al principio que esto iba a ser una versión de Ninja Scroll, al final (y por desgracia) no lo es, aunque de sangre y asesinatos crueles y salvajes puede que incluso le gane a la película de animación de los 90.

La brutalidad de la película sorprende al venir de un productor hollywoodense, y es que entre sorprendentes peleas, los desmembramientos están continuamente presentes.
También sorprenden los conseguidos movimientos ninja, y de las Shuriken que vuelan sin cesar como balas, así como las increíbles coreografías de acción con armas de lo más molonas, como el Kyoketsu shoge (esa especie de hoz con cadena) utilizado por el personaje de Rain, que atrapará a los más escépticos (no abusa a pesar de lo que digan de la cámara lenta, cosa que tampoco me parecería mal si lo hiciera McTeigue).


La película se divide en dos tramas, una sin ningún tipo de interés que es la trama policial y la segunda, toda la referente a los ninjas que es la que de verdad queremos ver.
En esta se nos narra como el personaje de Rain busca destruir su antiguo clan y por medio de flashbacks las razones de su traición.
Sin tapujos mutila y asesina a sus antiguos compañeros, al mismo tiempo que por medio de esos flashbacks nos enseñan la crueldad en que se adiestra a los jóvenes huérfanos, que son maltratados e incluso asesinados con la intención de que lleguen a ser los mejores e implacables asesinos ninjas.


Ninja Assassin no pasará a la historia ni por su trama, ni por sus actuaciones, ni por el desarrollo de personajes, ni por sus diálogos, …… pero consigue hacernos pasar unas casi dos horas de lo más divertidas y flipantes (y algun@s nos alegraremos la vista).


Puntuación 5/10