Mi primera incursión dentro del cada vez más de “moda” cine filipino parece ser que no ha sido del todo acertada, y es que Manila sin ser una mala película, si que parece ser, que no es ni por asomo de las mejores dentro de esta “nueva ola” de películas y directores filipinos.
Raya Martin, Lav Diaz, Brillante Mendoza ….. son nombres de directores filipinos de cine de autor ya conocidos dentro del panorama cinematográfico festivalero actual, en apenas unos años, estos directores y sus películas “innovadoras” y “diferentes”, han hecho de la cinematografía filipina, una de las más deseadas por los programadores de festivales de todo el mundo (ya sea simplemente de cine asiático o cine en general).
Con aire a documental, se nos presenta esta película dividida en dos partes, en la que con una constante cámara en mano, escenas cortas, un increíble apartado técnico (o mejor dicho muy buena mano a la hora de dirigir) y exquisita fotografía, se consigue una interesante película sin adornos, ni sin cortarse ni un pelo a la hora de presentarnos sus duras historias, que se desarrolla entre las callejuelas de Manila, tanto de día como de noche.
Manila fue creada como un homenaje a dos obras maestras del cine filipino, la primera parte dirigida por Raya Martin se inspira en "Manila by Night", de Ishmael Bernal, mientras que la segunda por Adolfo Alix Jr se basa en "Jaguar", de Lino Brocka.
Las dos partes comparten protagonista, y ciudad, pero también el estilo propio del emergente cine filipino, con una elegante dirección (en blanco y negro, en esta ocasión) y sus planos contemplativos con transfundo existencial y simbólico.
Piolo Pascual, interpreta a dos personajes diferentes pero que se encaminan hacia la perdición, hacia el “infierno” representado por una sórdida Manila, una ciudad que es tomada como telón de fondo de estas historias, a la que le dan una atmósfera como ya he comentado muy mísera y corrupta.
Tenemos una tercera y cuarta história dentro de la película, dirigidas por Lav Diaz, una podría ser los tardíos títulos de crédito iníciales, una especie de "making of" que separa la primera mitad de Raya Martin y segunda mitad de Adolfo Alix Jr. La última estaría al acabar los créditos finales, y nos cuenta una pequeña historia romántica de apenas un par de minutos (algo extraño y anecdótico de un director cuyas películas tienen una media de duración de cionco o seis horas, que se encargue de dirigir tan solo estos minutos).
Estas partes, algo fuera de lugar e innecesarias, la verdad, sorprenden mucho por su “colorido” y "final feliz" que contrastan demasiado con el pesimismo de las otras dos historias.
Manila me ha abierto una puerta al cine filipino, que hasta el momento mantenía cerrada por propia voluntad, y a pesar de que, la verdad, no es el estilo de cine que me acabe de gustar, si que me ha parecido lo suficientemente interesante (además de haberme sorprendido gratamente su buena dirección y fotografía) para picarme la curiosidad y por tanto para darle ,de vez en cuando, alguna nueva oportunidad a este emergente cine filipino de autor.
Puntuación 5.5/10
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