Sin llegar al sorprendente y excelente debut de Hitoshi Matsumoto, (Dai Nipponjin) el igualmente cómico japonés Itsuji Itao (Tokyo Gore Police, Love Exposure) debuta como director en esta interesante y simpática película con una premisa única, de la que además, es el protagonista.
Japón, finales de los años veinte. Masayuki Suzuki es un prisionero en constante fuga: cada vez que es encarcelado, logra escaparse. No importa cuántas cadenas o cerrojos le priven de la libertad, porque siempre acaba saliendo de su celda. Pero el Rey de la evasión, como le ha apodado la población, nunca consigue permanecer mucho tiempo al otro lado de los barrotes. Uno de sus carceleros, intrigado por la turbadora personalidad de Suzuki, trata de descifrar la pulsión que lo lleva a dejarse encarcelar y volver a escaparse.
Entre el drama y la comedia absurda, The King of Jail Breakers, es una película de aventuras de lo más surrealista (rozando la parodia) ambientada en una claustrofóbica y tormentosa atmósfera, en donde nuestro antihéroe no habla en ningún momento y siempre mantiene una actitud impasible y un aura de misterio alrededor de él.
Lástima del excesivo ritmo pausado de la película, y que se pierda en desvaríos varios (entre ellos psicológicos y filosóficos), y entre tanta repetición de situaciones, sobre todo cuando se deja de lado temas más interesantes que tratar, y darle una mayor profundidad en la historia y los personajes.
Puntuación 5/10
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